El tiempo fluye,
cayendo.
Su origen
está olvidado.
Deviene
todo:
la estrella
iluminando
en el centro,
un planeta de piedras preciosas con una luna como espejo,
el líquido azul que lava su superficie,
la corriente del hielo
que
al derretirse,
en su camino habitual,
tranquiliza el lecho
de un rio.
También es el espacio conteniéndolo todo,
y todos los momentos encadenados por causas y efectos.
Soy un rio.
Le doy una forma a la corriente del tiempo
con mis costumbres,
haciendo que el tiempo
baile
mi existencia.